"Me diagnosticaron EM en 2007. Fue exactamente una semana después de cumplir 25 años.
Esa noticia, para mí, una persona extremadamente activa, en forma, que salía a correr... Tenía miedo de que me arrebatara quién era, mi identidad y mi capacidad para caminar, correr y valerme por mí misma. En el primer ataque, tuve que volver a aprender a andar. Diría que me costó unas dos semanas en las que mis padres me ayudaron a caminar por el barrio, teniendo que agarrarme de ellos.
Después de recuperarme de esa recaída, y de varias recaídas posteriores, he vuelto a recuperar por completo la capacidad de mover las piernas, correr, ir al gimnasio, estar activa. Decidí que esto no me iba a despojar de quién soy, de lo que me gusta hacer. No iba a dejar que me quitara mi capacidad de ser una atleta, algo que siempre ha sido una parte muy importante de mi vida, y dije: 'No. No, no puedes quitarme las piernas, y te demostraré que no me las quitarás'. Y no lo consiguió. En 2016, corrí el maratón de Cape Cod y lo terminé. Cruzar esa línea de meta fue simplemente esa sensación de: 'Ja, mírame. Mira lo que puedo hacer. Mira lo que acabo de hacer'.
En 2015, vi un anuncio de trabajo como asistente ejecutiva en Biogen, y todo lo que sabía sobre Biogen en ese momento era que estaban trabajando en la esclerosis múltiple. Pensé: 'Dios mío, tengo que ir a trabajar a esta empresa'.
En agosto de 2019, me enteré de que estaba embarazada. Estaba tan contenta porque siempre me había preguntado si sería capaz de formar una familia, tener una familia con este diagnóstico. Con Riley creciendo ahora, quiero mostrarle que no importa si tienes esclerosis múltiple. Puedes hacer lo que te propongas. Puedes seguir siendo fuerte. Puedes seguir adelante con tus sueños. Puedes vivir tu vida al máximo pase lo que pase".